miércoles, 14 de julio de 2010

MEMORIA VIAJE A DAIMIEL












Las siete de la mañana. El autocar de la Empresa Torre Alta se halla presto para iniciar el viaje con cuarenta y dos personas, socios y familiares. Pese a las instrucciones dadas en orden a puntualidad de salida, hemos de esperar unos minutos. Partimos dirección a Autovía de Murcia envueltos en una ligera neblina que no se disipará hasta las proximidades de Cieza. Hora y media de marcha y llegamos hasta el área de servicio de Los Abades de La Gineta donde desayunamos y descansamos.
Reanudamos el viaje por la antigua carretera de Madrid entretenidos y observando con placer el paisaje que nos ofrece La Mancha en este tiempo de primavera tardía, plantaciones de cereales espigados que se acercan a su última fase de crecimiento vegetativo y entre las mieses brotan profusos y abundantes macizos de rojas y preciosas amapolas. A la altura de un indicador de ruta que dice, Mota del Cuervo 40km., entroncamos con la autovía Comunidad Valencia-Extremadura. Por esta nueva vía y tras recorrer un centenar de kms., llegamos a Daimiel. Nos detuvimos en la rotonda de entrada a la población donde nos esperaba Víctor, chico culto, amable y simpático con quien Carolina había contactado para hacer las funciones de guía. Subió al autobús y dirigió el itinerario a seguir para llegar al centro de la ciudad, deteniéndonos definitivamente en la Plaza de la Paz que le confiere el carácter de Estación de Autobuses por la amplitud de calzada que posee. Allí tomamos tierra e iniciamos el recorrido por la Calle Jesús que conduce a los Parterres de la Plaza de Santa María, centro neurálgico de la villa, integrados por la Iglesia Parroquial del mismo nombre y un cuidado jardín con plantación de altos pinos, acacias, arbustos y especies de jardinería. En la parte central se encuentra una fuente circular, conocida popularmente como La Manola que además de adornar dicho enclave sirve de elemento refrigerador en los meses de altas temperaturas estivales.
En las calles laterales que conforman esta gran manzana urbanística de forma cuadrangular se encuentra el Teatro Ayala y varios restaurantes y bares que se sirven de espacios de dicha Plaza para la instalación de mobiliario de terraza. A escasa distancia entramos en la calle Virgen de Las Cruces, advocación con que es conocida la patrona de Daimiel, principal arteria urbana, comercial y de tránsito de personas, con amplia calzada peatonal y notable edificación. En la misma se halla el Hotel de tres estrellas “Las Tablas”, que también dispone de servicio de Restaurante. A la finalización de esta populosa calle está la Plaza de España, grandiosa, rectangular con soportales en los lados largos y sede del Ayuntamiento, a la vez lugar de encuentro y paseo, como dice la guía de información turística de la villa. Está dotada de un pequeño estanque y diez monumentales pinos, siendo el referente más significativo, “El Olivo Milenario”, situado en uno de sus extremos, frondoso, exuberante y de gran envergadura, que fue plantado alrededor del año 900, durante la dominación musulmana, según consta en la placa adosada al promontorio de césped de la base y con una leyenda que dice:
Otra nota singular de la Plaza es la uniformidad de su edificación, anchas fachadas y ausencia de balcones. Adyacente a la Plaza de España se encuentra la calle Monescillos, también de gran relevancia donde se ubica el Restaurante “Bodegas Galiana”, establecimiento en el que teníamos encargada la comida del mediodía. Y desde aquí ya nos dirigimos a visitar la Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol, levantada en el siglo XVI con licencia del Emperador Carlos I, sabido el aumento demográfico que experimentó Daimiel en dicho siglo. Su planta es de cruz latina y bóvedas de crucería. Por su escasa luminosidad se asemeja a los Templos de estilo románico.
Efectuado este largo recorrido conociendo las calles y plazas de mayor entidad de la localidad, procedimos a regresar nuevamente a la Plaza de Santa María, pero siguiendo un itinerario distinto que nos permitió ver, aunque sólo fuera exteriormente, el Mercado Municipal de Abastos, obra del escultor Miguel Fisac construido a mediados del siglo XX. Su aspecto responde a las edificaciones típicamente manchegas, es decir, encalado de blanco totalmente. Las alturas poseen líneas muy originales y graciosas con series de pequeños ventanales.
Y bien, llegamos a la Iglesia de Santa María, de estilo gótico, finales del siglo XIV, puerta renacentista y esbelta torre campanario. De estructura de cruz latina, es decir,, una amplia nave central sostenida por gruesas columnas a cuyo fondo se encuentra el altar mayor albergando en su parte superior la imagen titular del templo, Santa María la Mayor. También posee dos naves laterales con capillas e imágenes. Allí se nos informó de la importancia que revisten las procesiones de Semana Santa, declaradas de interés turístico regional, destacando de forma especial la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, imagen por quien los habitantes de Daimiel sienten auténtica veneración, tan es así, que la capilla del Nazareno se puede ver desde la calle a través de de una ventana existente entre muros, que recibe el nombre del “Refugio”, lugar por donde los fieles acuden para tributarle un acto de amor y respeto. Otras de las imágenes importantes es el Cristo de la Expiración de talla barroca.
Ultimado el programa de visitas de la mañana, nos marchamos a comer, soportando en el largo trayecto hasta el Restaurante, situado como hemos dicho, en la Calle Monescillo, una tórrida temperatura de verano. Agotado el tiempo de descanso y larga sobremesa, hizo aparición nuevamente, Víctor para realizar dos visitas aún pendientes, una a la casa Museo cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, donde están depositadas algunas de las imágenes que se procesionan en Semana Santa y otra a la iglesia de la Paz, del siglo XVI, templo abierto también al culto, que en un tiempo estuvo ligado a funciones carmelitas. A la salida tomamos el autobús y nos marchamos hacia el paraje de las Tablas situado a 10 kms. de Daimiel. Es uno de los catorce parques nacionales declarados en España, siendo el principal de los humedales manchegos propiciado por el desbordamiento de los ríos Guadiana y Cigüela. La afluencia de visitantes a esta zona es enorme.
A las 18/30h. iniciamos el viaje de regreso tras despedirnos de Víctor, haciendo una parada en el restaurante Juanito de La Roda. Llegamos a Alguazas a las 23/15h.

Antonio Matencio Orts


ASISTENTES AL VIAJE
Pío Fernández Sánchez
Fuensanta Marcos
María Campillo
Domingo Campillo
Antonio Matencio Orts
Maruja Bermúdez
Jaime Toldrá Díaz
Concepción Campillo
Domingo Vicente
Francisca Bravo
Andrés Fuentes Dólera
Presenta Jiménez
Agueda Martínez Fdez
Fina Bravo López
Enrique Jara Lisón
Paquita Conesa
Fina Balibrea
Maruja Meseguer
Joaquina Marcos
Cati Piqueras Balibrea
Consuelo Fernández
Isabel Dólera
Rafael Bravo Fdz.
Juana Vicente Sánchez
Dolores Rincón Fdez
Paquita Martínez
Cati Dólera Molina
Antonio Garro Dólera
Consuelo Jurado
Antonia Belchí
Isabel Zamora
Blas Sánchez
Elena Riquelme
Rosario Rincón
Jose Mª Bravo
Adoración Cantero
Carolina Cano Matencio
Maruja Rodríguez
Juan Antonio Balsalobre
Carolina Matencio